El futsal femenino llegó a Náutico hace poco más de un año para quedarse definitivamente. De la mano del coordinador, Damián Hernández, las chicas del club costero lograron hacer pie en la competencia de Rosario. Y una de ellas fue Florencia Foronda, quizás la impulsora de este proyecto que ya encara su segunda temporada.
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La jugadora de Náutico fue la que le dio forma al plantel, debido a un llamado de Hernández. “Yo había dejado de jugar, y él (Hernández) me propuso conformar un equipo. La idea me entusiasmó, más sabiendo que volvería al club como deportista”, explicó Foronda en diálogo con Cuna del Futsal.
Pero hubo una particularidad desde el comienzo: el director técnico del equipo es Jerónimo Foronda; sí, su hermano. En cuanto a esa experiencia, la jugadora manifestó: “Ser dirigida por un familiar y, más por un hermano, no es sencillo. Al principio costó, al margen de la excelente relación que tenemos, pero supimos establecer pautas y, actualmente, cada uno cumple su rol sin problemas”.
En relación a Náutico como institución, Foronda aseguró que se caracteriza por el “continuo crecimiento”, no solo por sus instalaciones, que están en “óptimas condiciones”, sino también por los diversos deportes para todas las edades. A su vez, tanto el futsal femenino como el resto de las disciplinas cuentan con el espacio y los elementos necesarios para una “correcta práctica”.
El cariño de Florencia hacia Náutico es muy grande, y no es curioso, ya que su vida estuvo ligada desde siempre a la institución: su familia va hace mucho y ella asiste, prácticamente, desde que nació. “Se puede decir que crecí ahí, por eso la institución significa muchísimo para mí. Es un lugar donde pasé momentos hermosos y donde hice amigas que, después de 20 años, por suerte sigo conservando”, expresó.
La relación deportiva entre ambas partes empezó cuando ella tenía 7 años. “Comencé jugando al vóley, más que por gusto, por compartir un deporte con amigas. Después, ese gusto creció hasta transformarse en algo importante en mi vida que duró hasta los 18 años”, comentó. A los 20, empezó a jugar al fútbol y no paró hasta transformarse en parte importante del futsal, no solo dentro de la cancha, sino también fuera (ella es una de las que, si hay que realizar rifas u organizar eventos para recaudar fondos, se pone la carga al hombro).
Finalizando, la jugadora de Nauti aseveró que no tiene dudas de que el futsal femenino en Rosario seguirá profesionalizándose, ya que antes era impensado que hoy existan tantos torneos. Y con respecto a su futuro, dijo que nunca se detuvo a pensarlo, pero que por el momento solo tiene ganas de jugar hasta lo que se pueda. “Ojalá siga siendo en Náutico”, cerró.
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