Bruno Parma es uno de los máximos responsables de que hoy exista el torneo de futsal femenino en la Asociación Rosarina de Fútbol. No sólo tuvo una gran carrera como arquero en Unión Americana y un paso en el futsal europeo, sino que fue el propulsor del equipo de mujeres del CUA, uno de los primeros planteles femeninos en hacerse presentes en la ciudad, y fue también una pieza clave en la organización del primer campeonato de la A.R.F., allá por el 2016.
2000-2007: Los inicios
Su recorrido en el futsal comenzó en el club de sus amores, Unión Americana, en el 2000. Arrancó atajando en la categoría infantil, donde consiguió ya su primer campeonato. Al año siguiente, continuando en infantil, se reconvirtió en pívot, pero comenzó a ser arquero de las categorías mayores. Así transcurrió 6 años más en el club, alejado del arco cuando jugaba con los de su edad, pero calzándose los guantes cuando participaba con los más grandes.
Al llegar a la división Juvenil, su categoría “se desarmó” en la institución y decidió jugar su última temporada de inferiores en Banco Nación. Al conjunto de zona norte se incorporó para definitivamente afincarse bajo los 3 palos, puesto que no abandonó nunca más.
En su corta etapa en Banco, Bruno integró la delegación del plantel superior que viajó a Trelew, provincia de Chubut, a disputar la Liga de Honor, en 2007. Tras 6 meses en el club, le llegó la propuesta de jugar en Italia y emigró hacia el viejo continente en busca de nuevos desafíos.
2007-2008: Excursión por Europa
“Me contactó Fabricio D’Angelo, que se encargaba de hacer las conexiones con Italia. Yo tenía 18 años así que para mí fue todo un aprendizaje”, señaló Bruno. Al país tano llegó para desarrollarse en el A.S.D. Futsal Altamura, escuadra de la ciudad de Bari, al sur del país, militante en ese momento de la Serie C (hoy en Serie B).
Tomas Tavella, Gonzalo Paglia y Gonzalo Marengo cruzaron el charco con él en la travesía europea. Aunque la experiencia, deportivamente hablando, no fue lo suficientemente provechosa: “La carga de entrenamientos era inferior a lo que estábamos acostumbrados acá y el entrenador le daba poco espacio a los extranjeros”, explicó. De todas formas, como su intención no era dedicarse al deporte, lo tomó de manera positiva.
Estuvo una temporada completa en el futsal del viejo continente. Cuando finalizó el campeonato 07/08 regresó a la ciudad y se unió nuevamente a Unión Americana para formar parte del plantel mayor.
2008-2011: Incursionando en ARF
Unión Americana fue uno de los 14 clubes que disputaron el primer torneo de la Asociación Rosarina, en el 2007. Él se sumó en el segundo año del futsal A.R.F. “Esa temporada (2008) éramos un equipo de muy buenos jugadores de poca experiencia. Con la llegada de Rodrigo Aldaz (D.T.) pudimos ir puliendo detalles y en poco tiempo nos pusimos en la cima del deporte”, constató.
Alternando entre primera y reserva pasó los siguientes años viendo cómo U.N.R. les arrebataba la posibilidad de festejar su primer título en rosarina, venciéndolos en diferentes finales.
2012-2013: De ensueño
Los años ‘12 y ‘13 fueron los mejores en la carrera de Parma y de los más destacados en la historia de Unión Americana. Con la llegada de Adrián Mossuto como entrenador, en 2012, el conjunto de Fisherton conquistó su primer campeonato en el futsal ARF y Bruno sumó su primera estrella en la máxima categoría del futsal rosarino. Al año siguiente, el CUA volvió a coronarse en el torneo Apertura.
“En el título del 2012 alternaba en el primer equipo y en el 2013 me tocó jugar pocos partidos”, recordó. Pero, aunque no estuvo presente en muchos de los encuentros del torneo en 2013, tuvo la posibilidad de disputar el desempate clasificatorio al Torneo Nacional que disputaron los campeones del Apertura y el Clausura. Enfrente estuvo nada menos que Jockey, el eterno clásico, a quienes ya habían derrotado en la final del Apertura. Con Bruno bajo los 3 palos Americana se impuso y sacó boleto para el Nacional de Río Hondo (Santiago del Estero), donde el equipo volvió a hacer historia derrotando a Boca.
Pero eso no fue todo. En el 2013, además, con la tercera división Parma se consagró bicampeón, imponiéndose también ante Jockey en ambos torneos. En el Apertura, con instancia de play off, los derrotaron en la final. Y en el Clausura, con definición por ubicación en la tabla, los vencieron en la última jornada (CUA llegó a la última instancia primero y Jockey segundo) y volvieron a gritar campeón. “En el 2013 parecía que todo fluía, que todo lo que hicimos los años anteriores dio resultado -explicó-. Fue sin dudas nuestro mejor año”.
2011-2016: Impulsando el futsal femenino
Paralelamente a su desarrollo como jugador, comenzó a trabajar en un proyecto que con él sentó sus bases y que ha ganado mucho terreno desde entonces. En el año 2011 Bruno empezó a integrarse a la subcomisión de futsal del club “casi por obligación”, ya que el club necesitaba gente para que se ocupase del deporte.
Alentado por sus propias ganas de ver crecer a la institución, el menor de los Parma reunió a un grupo de mujeres que se juntaban a jugar y deseaban competir en una liga que por entonces no les brindaba la posibilidad de hacerlo. “En ese tiempo no había ningún club por la zona que jugase con equipo femenino”, acentuó. Oficiando de entrenador, comenzó a acompañar a las chicas en un recorrido que en el inicio contaba con poca continuidad por falta de competencia. “Sólo jugaban los fines de semana en algún que otro torneo aislado”, certificó.
Más adelante, y con la aparición de otros planteles femeninos, Bruno decidió impulsar el armado de un campeonato organizado por la Asociación Rosarina. “Empezar a formar la liga de mujeres fue una propuesta mía. Hablé con (Carlos) Benítez y me dio el ‘ok’, pero delegó en mí la responsabilidad de llamar a cada uno de los clubes para que se sumen”, reveló.
De a poco, los diferentes clubes de la ciudad fueron sumándose al desarrollo del futsal femenino. Seis instituciones consiguieron formar sus conjuntos y se dispusieron a participar formalmente. Una vez el proyecto tomó forma y se estableció la fecha del primer torneo para el 2016, Parma dejó de intervenir en las organizaciones y se dedicó a entrenar a las suyas.
Así inició el futsal femenino, casi 10 años después del arranque del futsal masculino, el resto es historia. Bruno, que dirigió el equipo en el primer torneo, se alejó luego y dejó el timón en manos de su hermano, Marcos, que continúa al mando hasta el presente.
Al día de hoy es requisito que los clubes cuenten con su plantel femenino para disputar la Primera División de A.R.F., “siempre quise que fuera así”, aseguró el impulsor, además de desear que “el femenino juegue antes de reserva”, algo que, a su criterio, emparejaría el crecimiento de la disciplina para hombres y mujeres.
2014-Presente: La alegría de seguir jugando
Luego del mejor año de su carrera, viajó junto a la delegación de Unión Americana a Río Hondo (SdE), para afrontar el Torneo Nacional, en 2015. “Una de las competencias más emocionantes que viví”, aseguró.
Después de eso años adrenalínicos “se volvió más dura la realidad del deporte en el club, aunque siempre la seguimos peleando”, remarcó. Entrenó el femenino y atajó para el masculino hasta el final del 2016, cuando se alejó de la conducción táctica. Hoy en día continúa firme bajo los tres palos y sigue ayudando a la subcomisión de futsal del club formada por los propios jugadores y jugadoras.
No se enfoca demasiado en el futuro, aunque aclaró que seguirá jugando “hasta donde me de. Por suerte tengo un grupo lindo de amigos que me hacen tener ganas de entrenar. Todavía no pienso en ser D.T. porque para abocarme a esa función tengo que hacerlo con la mayor exigencia, aunque fueron momentos muy lindos también los que pasé como entrenador”.
Carrera como jugador
- Unión Americana (inferiores)
- Banco Nación (inferiores)
- Altamura de Italia
- Unión Americana
Carrera como entrenador
- Unión Americana (Femenino)
Larga vida al rock.