Si hablamos de futsal en Argentina, hablamos de crecimiento. Desde mediados de los 80’, cuando el fútbol sala —o futsal FIFA— contó con sus primeras competiciones oficiales, el deporte comenzó a expandirse a más no poder, con cada vez más clubes de lo largo y ancho del país interesados en practicar la disciplina.
En este marco, grandes instituciones relacionadas al mundo del fútbol han sido partícipes del deporte desde el primer momento, pero también clubes barriales han tomado el futsal como disciplina central, o incluso la han utilizado como herramienta para que chicos y chicas salgan de la calle.
En definitiva, con mayor o menor profesionalismo, con más o menos presupuesto, todos los clubes tienen un objetivo en común: salir a la cancha y obtener los mejores resultados posibles. Sin embargo, ¿qué diferencias y similitudes existen entre las instituciones?¿Qué importancia le dan al deporte?¿Cuáles son sus objetivos de cara al futuro?
Para responder estos interrogantes, Cuna del Futsal dialogó con representantes de Boca Juniors, club de fútbol donde también se practica futsal; Club Pinocho, institución que tiene al deporte campeón del mundo como principal atractivo; y Club María Madre de La Lata, una entidad de barrio que fomenta la inclusión social a partir de la disciplina.
Boca Juniors, un club de fútbol que no deja de lado al futsal
Sin lugar a dudas, Boca Juniors es uno de los clubes más grandes del país y del continente. Por historia, instalaciones y presupuesto, entre otras cosas, la institución de La Ribera se ha transformado, gracias al fútbol, en uno de los destinos más deseados para los deportistas.
Sin embargo, más allá de las lógicas exigencias futbolísticas que tiene el club, otras disciplinas tienen su lugar y representan a la camiseta azul y oro de muy buena manera. Aquí precisamente es donde cada vez toma mayor protagonismo el futsal.
“Boca es un club que viene invirtiendo de manera sostenida hace muchos años, y en cuanto a estructura de trabajo creo que es uno de los mejores en nuestro país a nivel futsal”, expresó Hernán Garcías, actual coordinador de la disciplina en el conjunto Xeneize.
Está claro que, dentro de la institución, las mayores inversiones se destinan al fútbol. Pese a esto, el futsal ha sido históricamente causal de alegrías, ya que Boca obtuvo en 13 oportunidades el título en el Torneo de Primera División de AFA —segundo más ganador después de Pinocho— y será a partir del próximo año el único club en participar en dicha competencia ininterrumpidamente desde 1986.
Por lo tanto, Garcías destaca que deben “trabajar constantemente para conseguir recursos que permitan mejorar la estructura”, al ser conscientes de que “el fútbol es la actividad más importante del club y el deporte más popular en Argentina”.
Con el correr de los años, el futsal Xeneize se profesionalizó, la inversión en la disciplina creció y los títulos no tardaron en llegar. Los trofeos nacionales respaldaron el buen trabajo realizado por coordinadores, entrenadores y futbolistas, pero el punto más alto fue, quizás, la enorme actuación realizada en el Mundial de Clubes.
“Tuvimos la suerte de participar de un torneo de nivel mundial tanto en lo organizativo como en lo deportivo, donde sabíamos el nivel de los rivales. Obviamente el balance fue más que positivo, ganando una semifinal contra el Barcelona y perdiendo por penales con el Magnus de Brasil”, comentó Garcías en referencia a este logro, único para un conjunto argentino.
En la actualidad, la estructura del futsal en Boca cuenta con más de 600 futbolistas, desde las divisiones inferiores hasta un primer equipo de gran nivel, que cuenta con varios futbolistas de Selección Argentina.
Para el coordinador del club, competir contra el poderío económico de los equipos brasileños y europeos es “imposible”, pero sacó pecho por la labor que se está realizando en las últimas temporadas. “Creo que Boca tiene un plantel muy competitivo y a diferencia de algunos rivales logró no solo no debilitarse, sino reforzarse”, agregó.
A pesar del buen presente del futsal argentino en general, Garcías dejó en claro que el objetivo es ir por más. “La selección marcó el camino, pero creo que tanto Boca como todas la ligas argentinas tenemos que crecer para poder competir al máximo nivel”, cerró.
Pinocho, un lugar donde se respira futsal
Para los amantes del deporte, Pinocho es sinónimo de fútbol sala. Y no porque el club ubicado en el barrio de Villa Urquiza no tenga otras disciplinas, sino porque el dominio del Verde con la pelota de medio pique ha sido tan grande como para atraer al deporte a muchísimas personas.
La época dorada de la institución en el futsal tuvo lugar desde el 2005 al 2011. En ese lapso obtuvo 12 campeonatos de Primera División de AFA, siendo interrumpido únicamente por San Lorenzo en 2006, para ganarse merecidamente el apodo ‘La Máquina Verde’. Además, mantuvo un invicto de 111 partidos sin perder, racha que se extendió por más de 3 años.
Hugo Pedrosa, coordinador del futsal en Pinocho, afirmó que la importancia que tiene el deporte dentro de la institución es “total”. “La trascendencia que genera Pinocho fue establecida durante tanto tiempo por un grupo de jugadores bien dotados técnicamente y por contar con un cuerpo técnico muy completo para esos tiempos”, agregó.
En la entidad de Villa Urquiza también se practican otros deportes como vóley, básquet, taekwondo y natación, entre otros. No obstante, Pedrosa remarcó el valor que tiene el futsal: “Todas las otras disciplinas acompañan a nuestro plantel durante el año deportivo”, señaló.
Hoy en día, el Verde se mantiene en la élite del futsal nacional, pero otros equipos han ganado protagonismo. Para el coordinador, mucho ha tenido que ver lo económico: “Varios clubes han contado con presupuestos más altos, que les han permitido conformar mejores planteles”, reflexionó.
De cara al futuro, Pinocho pretende volver a los primeros planos, aunque es consciente que ha debido pasar por un recambio generacional. “Este año hemos incorporado entrenamientos matutinos, como así también hemos sumado juveniles al primer equipo”, expresó Pedrosa, haciendo referencia al método de trabajo que llevan a cabo actualmente.
Con el apoyo de los directivos, hambre de gloria y un proyecto estable, la entidad de Villa Urquiza buscará pelear cabeza a cabeza con otros proyectos de mayor presupuesto, para mantener el mote de club de barrio más trascendente del futsal argentino.
María Madre, donde el deporte derriba las barreras de la exclusión
En el futsal de nuestra ciudad hay un club que dio mucho que hablar a lo largo del año, no solo a nivel local, sino también en el ámbito nacional. María Madre surgió a finales de 2015 con el objetivo de acompañar a los pibes de La Lata, de brindarles ayuda y contención.
Rápidamente, entre talleres y actividades de inclusión, el futsal asomó como la herramienta más útil para atraer más chicos y chicas al club. “Nosotros somos de la idea de que el deporte saca chicos de la calle, y esa es la base de nuestro club”, expresó Soledad Vallejo, la secretaria de la institución.
El futsal se practica hace 3 años, pero en este 2019 María Madre no solo se incorporó a las competencias de la Asociación Rosarina de Fútbol, sino que también cumplió dos sueños. En primer lugar, inauguró su propia cancha en las inmediaciones de la Parroquia María Madre. Meses después, recibió la noticia más esperada por todos los que frecuentan la entidad: ganó el premio que otorga la Fundación River, con el cual construirán vestuarios y baños.
Hoy en día, el club de La Lata cumple con una función social más que trascendental en el barrio. “Ofrecemos contención a todo nivel. Creemos que con el deporte se contiene, se educa, se fomentan todos los valores. Tenemos que buscar que haya un chico menos en la calle, es nuestra convicción”, comentó Vallejo.
A pesar de todo lo anteriormente mencionado, la idea de conformar equipos competitivos está lejos de quedar en un segundo plano para coordinadores, técnicos y jugadores. “Los resultados son muy importantes, tenemos la idea de competir en esta liga y poder salir campeones en algún momento”, afirmó la secretaria.
Lejos de contar con presupuestos abultados como Boca, Pinocho u otras instituciones, en María Madre se busca educar, incluir y formar a través del deporte amateur, al igual que lo hacen otros clubes barriales de nuestra ciudad y el resto del país. Pero por supuesto, esto no quita que una vez que ruede la pelota, todos dejen alma y vida con un único objetivo: ganar.
Periodista, 25 años. Productor en Radio 2.