Brandon López transitaba sus días con la normalidad de siempre; iba a entrenarse de lunes a viernes a sus dos clubes, María Madre de La Lata y Social Zona Sud, y esperaba que durante el fin de semana surja algún partido para poder jugar al deporte que más le gusta. Nunca esperó que le llegue, a través de uno de sus profes de Social, la citación para entrenarse una semana con las menores de la Selección Argentina.
Nicolás Gulizia, el encargado de las divisiones juveniles del conjunto nacional e integrante del cuerpo técnico de Matías Lucuix en la mayor, convocó al joven jugador de María Madre para un Campus de la Selección Argentina de Futsal Juvenil, con el objetivo de ir armando el grupo que representará al país en los Juegos Suramericanos de la Juventud 2022, que se desarrollarán en Rosario.
Fue una semana de entrenamientos para el grupo de juveniles, que practicaron en doble turno en las instalaciones de Argentinos Jrs. y Platense. Los trabajos estuvieron comandados por Gulizia y las promesas del futsal argentino también tuvieron el placer de conocer y aprender de Matías Lucuix, que se hizo presente algunos días en los ensayos.
“Sentí mucha alegría, por mí, por mi viejo que siempre estuvo para mi en todo y por toda mi familia, que se pusieron muy contentos también con la noticia (de la convocatoria). Es algo muy lindo y más si se trata de representar de dónde vengo“, le comentó a Cuna del Futsal el player de 16 años, quien nació en La Lata y hoy defiende la camiseta del club de su barrio.
El futsal integrará por primera vez la lista de disciplinas deportivas que estarán en los Suramericanos de la Juventud, tanto en la rama masculina como femenina, y está reservado para jugadores nacidos entre los años 2004 y 2007. Brandon, categoría 2005, se ilusiona con vestir la camiseta nacional en tan importante evento: “Seria un sueño representar a la selección y a los clubes donde estoy jugando que son los que me enseñan día a día todo lo que sé“.
López juega al futsal desde que tiene 8 años, hace uno que se sumó a María Madre por invitación de un amigo y ahora vivió el sueño de integrar, aunque sea por unos días, el grupo de la selección juvenil: “Me sentí algo nervioso los días que estuvimos allá pero cuando entrenábamos sabía que tenía que estar tranquilo para que las cosas me salgan y por suerte todo anduvo bien. Fui a demostrar lo que sabía y traerme todo lo que podía aprender”, agregó lleno de alegría. Ahora el joven jugador de La Lata deberá aguardar la siguiente convocatoria para conocer su futuro en las menores nacionales y seguir prendido al sueño de disputar los Suramericanos con la celeste y blanca.
Larga vida al rock.