Desgastado de jugar en el fútbol sala de España durante más de 10 años, Hugo Sánchez Flores decidió cambiar drásticamente su vida e irse a jugar a Japón. Desde septiembre de 2018, el nacido en Lugo, ciudad y municipio de España (ubicado en la comunidad autónoma de Galicia), forma parte del Bork Bullet Kitakyushu.
La principal diferencia que el gallego observó desde su llegada al país nipón fue la “falta de jugadores creativos”, aunque reconoció que el fútbol sala está creciendo a un “ritmo bastante alto”. Claro, luego de tanto tiempo practicando el deporte en varios lugares de España, el acostumbramiento a una nueva vida aún cuesta.
Sánchez desde los seis hasta los 17 años estuvo en las categorías inferiores de Askar Lugo FS. A los 17 lo subieron al primer equipo, donde estuvo cuatro años. Luego tuvo tres etapas jugando un año en cada equipo: Benicarló, Santa Coloma y Burela. Finalmente, llegó al Santiago Futsal, club de Santiago de Compostela, la capital de Galicia, done pasó sus últimos cinco años.
El Bork Bullet Kitakyushu es un club situado en la ciudad del mismo nombre, a medio camino entre Tokio y Shanghái, con una población de casi un millón y medio de habitantes. Hugo Sánchez dijo estar a gusto allí, en una charla exclusiva con Cuna del Futsal, donde también habló sobre su carrera, la relación con excompañeros argentinos, las costumbres nuevas y la conservación del idioma autóctono de Galicia.
En el Santiago estabas en un buen momento. ¿Por qué decidiste irte?
En Santiago estaba disfrutado mucho, era capitán y tenía cerca a mi familia, pero fueron cinco años de mucho desgaste. Juego desde los 17 años al fútbol sala de manera profesional, tenía la cabeza un poco cansada y empezó a haber problemas económicos en el club. Fue un cúmulo de circunstancias que hizo que me vaya al extranjero. Fue una decisión meditada, porque Japón está muy lejos de Galicia, pero no me arrepiento. Necesitaba buscar nuevas experiencias.
¿Cuál es el vínculo que une al Bork y al Santiago?
Hace varios años que los jugadores de Bork están yendo todos los años a hacer una pretemporada a Galicia. El entrenador Gentoku Baba hace ocho años se fue a España a aprender fútbol sala, y en Santiago pudo formarse viendo a muchos técnicos. El año pasado me propuso venir a Japón y acepté.
Te ha tocado compartir plantel con argentinos en el Santiago. ¿Qué recordás de ellos?
He compartido el plantel con Lucas Bolo y Juan Gallego Rodríguez, apenas un año, pero guardo muy buenos recuerdos. Aquella temporada (2014/15) parecía que teníamos un mal equipo, con menor presupuesto y una plantilla poco reconocida. Todo el mundo nos daba por descendidos, pero armamos un grupo muy bueno y logramos sacar al club adelante.
¿Qué sabés del futsal de Argentina?
No sé mucho, sólo lo poco que puedo ver en las redes sociales de mis excompañeros. Siempre uno se pone contento cuando son convocados para la Selección.
¿Es competitivo el fútbol sala en Japón?
Está creciendo a un ritmo bastante alto, aunque falta que salgan jugadores creativos, que es un poco la salsa del fútbol sala. Pero la verdad es que son muy disciplinados y correctos, y son capaces de aprender tácticamente conceptos de una manera muy rápida.
¿Qué diferencias encontrás entre el deporte en Galicia y Japón? ¿Y entre España y Japón?
Entre el fútbol sala de Galicia y de Japón quizás haya más similitudes que entre España y Japón. En Galicia, yo desde muy pequeño entrené en pabellones, igual que acá, en parte por la climatología, porque en Galicia llueve bastante. Y esa es una de las causas por las que salen jugadores más tácticos. En el resto de España los jugadores entrenan más en la calle y salen más creativos, porque no llueve tanto y no tienen que entrenar en pabellones.
¿Cómo es la cultura japonesa y qué te parece?
Pues tiene de todo, tanto bueno como malo. Hay muchísimo respeto por las personas mayores y la gente veterana, y los trabajadores tienen una capacidad de sacrificio brutal, que quizás no tenemos en España. Son temas que en un futuro me llevaré o dejaré.
¿Cómo te llevás con el idioma?
Estoy haciendo bastante esfuerzo de mi parte, ya que voy a una academia cuatro horas por día para aprender el idioma. Ya consigo hablar japonés, no de temas muy difíciles, pero logro mantener conversaciones con mis compañeros, seguramente mal, pero ellos me entienden (risas). Eso es muy positivo porque me permite una mayor libertad.
¿Qué es lo que más te cuesta?
Las letras son muy complicadas, pero poco a poco me las voy aprendiendo. Es un idioma y una cultura muy interesantes, y estoy muy ilusionado por seguir aprendiendo estas cosas tan diferentes a las mías.
¿Tenés pensado regresar al Santiago?
No le cierro la puerta a ningún equipo de Galicia, porque la verdad que me gustaría vivir allí. Pero no podría decirte si voy a volver a Santiago, porque ahora ni se me pasa por la cabeza. Estoy disfrutando muchísimo esta experiencia, aún me queda este año de contrato y cuando llegue diciembre o enero tendré tomada la decisión.
Hay una Selección gallega de fútbol, ¿por qué creés que no hay una de fútbol de salón?
Hubo una Selección gallega de fútbol sala, y yo participé de ella. Pero es cierto que hace años que no se hace, y me encantaría que vuelva a hacerse. Creo que es algo muy bonito y necesario para que la gente se sienta identificada con su país. Como en el fútbol, estaría bueno que haya partidos entre Cataluña, País Vasco, Madrid y Galicia.
Te identificás completamente como gallego y creés que tenés que conservar ese idioma, ¿por qué te parece tan importante?
Estoy muy arraigado a la cultura, el idioma y las tradiciones gallegas. Creo que es muy importante conservar nuestro propio idioma e inculcárselo a los niños, porque es algo muy valioso que nos identifica. Es fundamental que las nuevas generaciones sepan de dónde procedemos. Y todo lo que pueda aportar yo a esta causa desde mi lugar, lo haré.
Potterhead, sherlockiano y guardiolista ⚡🔎⚽