El 2019 trajo a Maristas a los torneos de futsal de la Asociación Rosarina de Fútbol. Era la primera vez que, en 95 años de historia, el Colegio se sumaba a la competencia y con el objetivo de seguirle el ritmo a la ciudad, también llegó Lucio Alegre y se hizo cargo de la preparación física.
Luego de un año arduo de trabajo, Gamelan Fitness y Cuna del Futsal traen el trabajo que el profesor de educación física realiza con el equipo Maristas. Para ello, CDF dialogó mano a mano con Alegre.
Para él y el Colegio, la preparación física toma un rol importante en “determinadas situaciones de juego” y más allá del objetivo de mejorar el rendimiento físico-deportivo, su trabajo es apuntalar la salud, la prevención y el bienestar físico. “Por decirlo de alguna forma debe ser integrada y asociada con todas las facetas del entrenamiento deportivo“, explicó Alegre.
El profesor de educación física de 24 años tiene a cargo el plantel de primera y reserva, y en ambos trabaja por igual, pero “individualizando el entrenamiento según las características de cada grupo”. La última semana de enero comenzó la pretemporada en Bv. Oroño al 700, con el claro objetivo de disputar el Torneo de Verano al máximo ritmo posible. Maristas integra el Grupo H, junto a Central, Social Lux y Sirio.
Antes de la competencia, el preparador físico armó una rutina dinámica, con situaciones de simulación de juego determinantes, tanto en ataque como en defensa, con el objetivo de “mantener durante la mayor cantidad de tiempo” el juego de alto nivel. También, aclaró Alegre, se busca un rol importante en la recuperación y la prevención de posibles lesiones.
La forma de trabajo de Maristas tiene como principal actor la pelota. “Tratamos que no falte”, contó Alegre y así detalló: “Los entrenamientos tienen que ser parecidos a la competencia, que integren la capacidad física, técnica y táctica“.
En el futsal, “el esfuerzo de alta intensidad sostenido durante el mayor tiempo posible“. Esto, es fundamental para el preparador físico, sumado a la fuerza que se tiene que desarrollar para los cruces donde el contacto físico es protagonista.
Más allá de su rol en la actividad física, para Lucio, el PF acompaña también desde lo ‘social’: “Siempre se busca que los chicos se diviertan e interactúen entre ellos formando así un grupo unido. Además de somos mediadores entre los jugadores y el técnico en determinadas situaciones“.
En 2017 comenzó a trabajar en el Club Argentino Sirio, luego de dos años pasó a Maristas y, con el agregado de ser profesor de educación física, se inclinó por el “rendimiento deportivo” que puede generar desde su lugar.
Por último habló de su pasión, y sin dudar, Lucio Alegre aseveró: “La pasión en el deporte amateur es lo que te moviliza al trabajo constante y eso es lo que tratamos de transmitirle a nuestros jugadores a la hora de entrenar y esforzarse“.
Player 2.