El futsal femenino crece, crece, y no para de crecer. Este año fueron más de 30 los equipos que presentaron sus planteles femeninos para desempeñarse tanto en la Primera como en la rama B. Uno de ellos fue Regatas, que por primera vez conformó un conjunto de damas para disputar la segunda categoría rosarina.
Para relatar la experiencia de este primer año, Cuna del Futsal dialogó con Javier Barraza, el hombre que tomó las riendas de este incipiente grupo de jugadoras que se sumaron a la nueva propuesta de la institución.
En realidad, Regatas comenzó el año pasado con el futsal femenino. Allá por mayo del 2018 el conjunto costero inició las primeras prácticas con las más chiquitas. A partir de ese momento, el número de jugadoras fue en constante crecimiento. Hoy en día, el club cuenta con 35 niñas de entre 5 y 13 años que se divierten y aprenden dentro de Regatas.
“A pesar de que con las más chicas, la competencia no es oficial, cada vez se suman más a practicar”, aseguró Barraza, quién además de ser en D.T. de las mayores, también acompaña a las pequeñas. De la misma manera, el profe se refirió al empeño que ellas le ponen: “Tienen tantas ganas de jugar que sorprende. Son un grupo hermoso”.
Esas ganas son las que hay que incentivar para Javier, y de esa manera darle al futsal femenino el lugar que merece: “Ojalá el próximo año tengan competencias oficiales para que se vayan entusiasmando más”, se ilusionó el entrenador.
Con respecto al grupo mayor, finalizaron el campeonato B de la rama Femenina en la sexta colocación, cerrando un año “con resultados positivos” para Barraza. A lo largo de las 13 fechas, Regatas acumuló 21 unidades. Más que meritorio para una escuadra conformada por varias jugadoras que no conocían el deporte hasta antes de este año.
Todo comenzó en febrero, con la primera convocatoria y el primer puñado de jugadoras que con muchas ganas se presentaron a entrenar bajo las órdenes del profe Barraza. “Iniciamos con pocas expectativas”, se sinceró el D.T. Pero el tiempo se encargó de reflejar las mejoras que el empeño y la dedicación acarrean.
“Muchas chicas venían de deportes muy diferentes al futsal, de hecho, sólo 2 practicaban la disciplina”, comentó el entrenador, demostrando el mérito que este grupo tuvo con ese sexto puesto final. “A medida que fue pasando el tiempo, las prácticas y los momentos ellas mismas pudieron notar el crecimiento que tenían”, agregó.
El fin de esta temporada demostró en Regatas que no darse por vencido da frutos. La constancia y la voluntad siempre atrae buenos resultados, y no hablamos (sólo) de partidos ganados. Para finalizar, Barraza garantizó el por qué del avance en el futsal femenino de Regatas: “El aprendizaje fue fluido gracias a la predisposición y la responsabilidad de las chicas”.
Larga vida al rock.