Allá por el 2007, la Asociación del Fútbol Argentino, en su Comisión de Futsal, decidió llevar adelante un Torneo Nacional de clubes. Se dio aviso a las diferentes ligas del país (varias estaban en plena formación) y se estableció fecha para diciembre de 2008, en San Luis. Participaron 12 equipos y compitieron por un pasaporte directo a la Copa Libertadores 2009.
Hubo dos representantes por AFA, dos por ARF, dos de Río Grande (Tierra del Fuego), un par por Mendoza, uno de la Liga Madariaguense, otro de Misiones, como así de Formosa, y, por supuesto, de San Luis. Por Rosario, los conjuntos que tuvieron el prestigio de asistir y ser los primeros exponentes del futsal local en el T.N, fueron Echesortu y Sirio.
Entre los participantes, apareció el nombre de Pinocho, el multicampeón de AFA, que se encontraba en su mejor momento. Venía de conquistar 6 de los últimos 7 campeonatos de la máxima categoría del futsal argentino, estaba a punto de ganar el octavo, y se alzaría con 5 más de forma consecutiva los siguientes años.

El camino
Sirio y Echesortu, Echesortu y Sirio, fueron los representantes rosarinos en aquel nacional por haber finalizado primeros, cada uno en su zona, en el primer campeonato de futsal de la ARF, en 2007. Esto supuso una inmediata clasificación al Torneo Nacional, pero lo planificado cambió. Por esos años, varias ligas departamentales iniciaban la formación de sus campeonatos de futsal, lo cual derivó en la organización de una fase previa, que funcionó como “repechaje”, para luego sí, arribar a San Luis.
Los dos equipos de la ciudad debieron viajar a la localidad de Pinamar, en octubre de 2008, para medirse ante conjuntos del sur de la provincia de Buenos Aires. En la instancia clasificatoria, los elencos rosarinos mostraron un gran nivel de futsal y aseguraron su pasaje a tierras cuyanas sin mayores dificultades.
La previa
Las instituciones de la ciudad aguardaban expectantes la llegada de la fecha establecida para emprender el viaje hacia el oeste. Dos integrantes de aquellos planteles recordaron lo vivido. Desde el viaje, la estadía, los partidos y el regreso.

Diego Brizzi fue arquero y uno de los referentes de Echesortu durante las conquistas del Torneo de 2007, y del Clausura 2008. Por supuesto, estuvo en la delegación que hizo historia en aquel torneo estreno. El hombre de los guantes rememoró así los momentos que antecedieron al torneo: “Había muchísima expectativa. Entrenamos un montón para llegar de la mejor manera. Contamos con 3 refuerzos además del grupo completo que venía de ser campeón en el torneo local y que estaba por coronarse otra vez”.
Por su parte, el conjunto Tricolor vivió una espera similar. “Encaramos el torneo con una gran ilusión. La idea del plantel fue jugarlo sin refuerzos, con el equipo que venía trabajando. Sabíamos que no íbamos como candidatos pero eso nos daba más fuerza”, comentó Franco Beccani, capitán del conjunto Sirio por aquellos años.
El certamen
El torneo se organizó en dos grupos de 6 integrantes. El Grupo A estaba compuesto por Sirio; Caballito Jrs. (Primera División AFA); Grupo Apex (Río Negro); Independencia (Formosa); Municipalidad de San Martín (Mendoza) y Viajes Pinamar (Buenos Aires).
En el Grupo B se encontraban Echesortu; Pinocho (Primera División AFA); Filial River (Río Negro); Huracán (Mendoza); Ciclón Misionero (Misiones) y los locales Deportivo La Punta (San Luis).
El primero de diciembre, tras una ceremonia de apertura discreta, donde se hizo entrega de una plaqueta a cada uno de los capitanes, inició el Torneo Nacional. El partido inaugural lo disputó el anfitrión, dirigido entonces técnicamente por el histórico ex jugador de fútbol José Sanfilippo, ante Echesortu. “En todos los partidos hubo mucho público, pero ese en especial las tribunas estaban repletas”, recordó Brizzi del primer encuentro y agregó: “Fue reñido. No jugamos bien ese día y lo terminamos ganando por la jerarquía individual”. El match finalizó 5 a 4 en favor del club rosarino.

En la otra zona, a Sirio le tocó debutar frente Viajes Pinamar. El marcador final mostró un contundente 8 a 3 para los de Santa Fe, pero Beccani lo analizó como un pleito parejo: “Estaban los nervios del debut y saber que empezar ganando era muy importante. Más allá de eso, sabíamos que era el rival más accesible del grupo y gracias a buenos recambios lo pudimos sacar adelante”, confesó.
Al día siguiente y por la segunda fecha, el Tricolor, dirigido técnicamente por Hugo Nardone, debió enfrentar a la escuadra de San Martín de Mendoza. “Ahí nos sentimos más cómodos e hicimos un gran partido. Entramos mentalizados que un buen resultado generaría un respeto de los rivales”, describió Franco. El resultado fue 7 a 3 para el Tri.

Durante la misma jornada, El Eche, conducido por Luis “Topo” Del Re, se impuso cómodo ante el Huracán mendocino. El chicharrazo final arrojó un 10 a 4 indiscutible. “Ese día jugamos bárbaro. Jugamos a las 10 de la mañana y veníamos de jugar el día anterior a las 9 de la noche, una locura”, describió el guardameta de Echesortu.
Todos los encuentros se disputaron un día seguido de otro (primera fecha el 1° de diciembre, la segunda el 2 y así sucesivamente). El elenco rojo y blanco se enfrentó en su tercera cita al Ciclón Misionero. “Ese día nos mandaron a jugar a otra cancha, no me preguntes por qué. Nosotros habíamos arrancado como para clasificar, pero ahí nos mataron”, apuntó Brizzi. El cotejo finalizó con un discutido 5 a 5.
Del otro lado, Sirio siguió a paso firme y volvió a ganar. En esa oportunidad lo hizo frente Independencia de Formosa. Beccani revivió aquel encuentro que finalizó con victoria 6 – 2: “Pulimos errores de partidos anteriores y nos afianzamos en nuestra forma de juego. El triunfo fue clave para cruzarnos ante los rivales más duros con claras chances de pasar de ronda”.
En el anteúltimo duelo del grupo, los de Nardone se midieron a Caballito Jrs. Equipo militante de la Primera División AFA. “Sabíamos que nos enfrentábamos a un equipo de una liga superior a la nuestra”, se sinceró el capitán. Luego de intensos 40 minutos, Sirio se quedó con el pleito por 7 a 6 y continuó en la cúspide de las posiciones. “Hicimos un partido perfecto. Con esos 3 puntos nos emocionamos porque sabíamos que sólo restaba un partido y podíamos clasificar”, encuadró Beccani.

Por su parte, Echesortu enfrentó a Pinocho. Un partido que quedará para el recuerdo de aquellos quienes lo vivieron. Por la dimensión del rival pero también por cómo se desarrolló el juego. El arquero lo rememoró de esta forma: “Fue un partido extraordinario. Nosotros jugamos bárbaro. Perdíamos 4 a 3, y con arquero jugador estuvimos a punto de empatar. En ese momento nos hacen el quinto, pero estuvimos muy cerca”.
En la jornada definitoria, El Eche se midió ante Filial River, otro de los grandes equipos del torneo. A finales de la primera década del siglo xxi, existió una apuesta muy grande por el futsal del sur del país, por eso la Filial River y Grupo Apex aparecían como los candidatos detrás de los elencos porteños. Los dirigidos por Del Ré debían ganar por amplio margen de goles para soñar con la clasificación. Su último rival había ganado todos los partidos, exceptuando un empate ante Pinocho, lo que lo posicionaba con 10 puntos, tres más que los rosarinos, pero con una diferencia importante de anotaciones (detalle a revisar en caso de igualdad de unidades). El encuentro se desenvolvió parejo, y sobre el final se inclinó para los rionegrinos. Fue caída 4 a 3 de Echesortu.

El Tricolor llegó al duelo decisivo con serias chances de avanzar. Con el empate se metía en semifinales. Pero el contrincante no se lo hizo sencillo. “Veníamos con un desgaste de los 4 partidos anteriores, uno tras otro, que se sintió. El rival era de otra categoría, se notaba que tenían un entrenamiento superior que en Rosario aún no existía”, afirmó el capitán del barco Sirio. El resultado final fue 4 a 1 a favor de Grupo Apex.
De esa manera finalizaron las fructíferas participaciones de Echesortu y Sirio en el primer Torneo Nacional. Más adelante, Pinocho se quedaría con el título en una abultada final ante Filial River. Como el conjunto porteño ya tenía boleto para la Copa Libertadores del siguiente año, los del sur accedieron a disputar el certamen internacional.
“Fue un mundo nuevo. Venir de un deporte amateur y que la misma AFA te de todas las comodidades, desde un hermoso colectivo, un hermoso hotel, al punto que nosotros sólo nos teníamos que encargar del agua de los entrenamientos. Uno se sentía participar del futsal grande de Argentina”, declaró Hugo Nardone, D.T. de Sirio en aquel primer Torneo Nacional. “Fue espectacular. Compartir con un grupo de amigos esa organización, esos estadios maravillosos, de la profesionalidad que existió. Fue muy lindo sentir todo eso. Creo que de allá volvimos como un grupo más unido, con la satisfacción de haberlo dejado todo”, concluyó Franco Beccani.
“Para darse una idea, en el estadio principal había una pantalla gigante que transmitía el partido mientras se estaba jugando. Además los encuentros salían por un canal de San Luis, fue todo un lujo. Enfrentarnos a esos grandes equipos, con jugadores profesionales, nos hizo saber que estábamos a la altura de cualquiera. Ese grupo estaba para competir con el que sea. Después de ese primer torneo todos los conjuntos de Rosario se desvivieron por jugar los nacionales”, finalizó Diego Brizzi.
Larga vida al rock.