Nació en España. Vivió casi toda su vida allí. Su carrera deportiva lo llevó por Portugal, donde consiguió 3 títulos con Benfica (Copa, Supercopa y Liga), e Italia (levantó el Scudetto con Luparense). Siempre se movió por el viejo continente. Sin embargo, desde niño mantuvo el anhelo de representar a la Selección Argentina y fue una de las piezas clave en la conquista del Mundial de Colombia 2016.
De padre mendocino y madre bonaerense, quienes trasladaron su vida a Europa tres años antes que él naciera, Alan Brandi es una de las mayores figuras de su actual equipo: Jaen FS, de la LNFS, con quien conquistó la Copa de España en 2018.
Su estirpe argentina y su crianza rodeado de costumbres de acá hicieron que eligiese siempre la Albiceleste por sobre la Roja. La oportunidad de integrarse al plantel nacional le llegó en 2014, cuando Diego Giustozzi lo convocó para una seguidilla de entrenamientos que apuntaban a una gira amistosa. No obstante, su debut oficial no se produjo sino hasta la eliminatoria para el Mundial de Colombia, que se disputó en Paraguay a inicios de 2016.
Brandi debió integrarse a un grupo que llegaba con la misma base del Mundial de Tailandia 4 años antes y de conseguir la Copa América 2015, detalle que pareció no mermar su rendimiento. “Fue gracias al gran recibimiento y apoyo que recibí de parte de mis compañeros”, aseguró.

En la antesala a Colombia 2016, sin saber quienes serían los elegidos para intentar la hazaña en tierras cafeteras, el plantel se preparó fuerte para encarar la competencia. “Fuimos de las selecciones que empezaron más pronto a preparar el Mundial, unos dos meses antes de comenzar el torneo tuvimos la oportunidad de hacer una buena pretemporada y jugar muchos partidos amistosos”, remarcó el zurdo.
Por entonces Alan se desempeñaba en el futsal luso, donde mantenía un espectacular nivel que lo acercaba a cumplir su sueño de defender los colores argentinos en una Copa del Mundo. “Después de debutar con la selección, me marqué el objetivo de ir al Mundial”, garantizó.
Una vez saciada el ansia de debutar, con la clasificación en el bolso, esperó con ilusión la convocatoria a la cita mundialista. Se enteró que sería parte de la delegación apenas unos días previos al viaje hacia Colombia, lo que fue “una alegría enorme”. Aunque no dejó de recordar que todo el plantel se entristeció por la no-citación de 3 compañeros del grupo.
Camino a la gloria
El contingente argentino tomó el vuelo que lo depositó en Colombia el 8 de septiembre, el 10 comenzaba el torneo. Con gran ilusión, los comandados por Giustozzi se instalaron en el país del café y las arepas para visitar primero Bucaramanga, donde disputaron todos los compromisos de la fase de grupos y los octavos de final, luego Medellín, sede de cuartos, y finalmente Cali, para afrontar semis y final. Primer obstáculo, Kazajistán.
“Mi rendimiento fue de menos a más -explicó Alan-. No tuve muy buenas sensaciones antes del Mundial ni en los primeros partidos”. De hecho, no vio minutos en el debut, que terminó en victoria nacional por 1 a 0, el “partido más difícil del grupo y el que mejor jugamos”, aseguró de todas formas.
Pero luego comenzó a tomar protagonismo en el equipo. Formó en el quinteto inicial en el duelo vs Islas Salomón y abrió el marcador para la goleada 7-3. Volvió a sumar tiempo en cancha en el empate a 2 ante Costa Rica, en el cierre del grupo. “La fase de grupos nos dejó una sensación agridulce porque jugamos muy bien contra Kazajistán, el rival más difícil, pero los otros dos nos dejaron dudas”, analizó.
La fase final fue el punto de inflexión. Brandi comenzó a sentirse mejor dentro de la cancha y advirtió que el equipo ganaba seguridad: “Fui agarrando confianza y me sentí muy bien a partir de octavos. Con el grupo en general comenzamos a jugar mejor y nos empezamos a dar cuenta que si seguíamos jugando y compitiendo de esa manera podíamos llegar lejos”.
“Pero vivíamos el presente -moderó sin embargo-. No pensábamos en ganar el Mundial, solamente en pasar de ronda”. En octavos Argentina se impuso con un ajustado 1 a 0 sobre Ucrania y se quitó de encima a Egipto por 5 a 0 en cuartos.
Por las semifinales llegó el turno de enfrentar a la poderosa Portugal de Ricardinho. El hispanoargentino le devolvió la confianza a Giustozzi, que lo incluyó desde el arranque, anotando uno para la victoria 5 a 2. Estaban en la final. A un paso del sueño máximo.
En la final histórica, la que quedará para siempre en el recuerdo de todo el futsal argentino, Alan Brandi anotó por duplicado. Destrabó un encuentro que no pudo haber arrancado más parejo. El marcador reflejaba un 2 a 2 cuando el nacido en Las Palmas hizo su aparición goleadora para establecer consecutivamente el tercero y el cuarto de Argentina. Luego llegaría el quinto y el sufrimiento final por los descuentos rusos. Tras el chicharrazo final, todo fue algarabía.
“Podría escribir un libro por todas las cosas que significaron para mí y para mi familia -se limitó a resumir-. Fue el día más feliz de mi carrera deportiva”. El festejo continuó en el hotel y al día siguiente emprendieron el regreso a Argentina. Brandi se trasladó luego a su España natal, con la satisfacción del deber cumplido.
“A partir de entonces -explica el ahora player de 32 años- se respeta mucho más al jugador argentino”. La conquista del Mundial dejó secuelas positivas. Ahora la acotada mesa de los campeones mundiales tiene un comensal más. A 4 años de la proeza más grande de la historia de nuestro futsal, a todos, simplemente gracias.
Larga vida al rock.