La cuarentena sigue. Lo que parecía cosa de 15 días ya cuenta con más de 70 capítulos y al parecer, el aislamiento social preventivo y obligatorio continuará. En algunas latitudes con más o menos restricciones. Pero al deporte en conjunto, al menos en nuestra ciudad, se lo deberá planear recién para dentro de un tiempo.
Por dicha cuestión, lo que se adivinaba como un sistema de entrenamiento a distancia pasajero, se instaló en la cotidianeidad del futsal. Gracias a las redes sociales muchos pudimos ver a diferentes escuadras realizar todo tipo de actividades en casa. Podríamos catalogar el suceso como home activity, imitando los ya popularizados home office u home banking.
Emanuel Coraglio en otra oportunidad explicó el acompañamiento que el cuerpo técnico del primer equipo de Rosario Central realiza con el plantel superior. Asimismo, los profes de las inferiores no se dejaron avasallar por la presente situación y lograron conformar un plan de trabajo para que los pibes del club puedan ejercitarse desde el hogar.
Franco Coraglio es el profe de la 4ta división. Hermano de Emanuel, el preparador físico de la primera. Ni Franco ni los otros entrenadores de las categorías menores hicieron una pausa en esta cuarentena.
Tampoco los chicos, claro. Ellos siguen firmes las indicaciones que por WhatsApp o vía Zoom les hacen llegar los profes. Desde casa, con los elementos que se encuentren, pero con las ganas de siempre, la cuarta división comandada por Coraglio se sigue entrenando.
En las últimas semanas, los profes de las categorías más grandes de la rama de inferiores (4ta y 5ta), comenzaron a utilizar la plataforma Zoom, ya que previamente les enviaban a los chicos ejercicios sólo por WhatsApp. “En un primer momento se les mandaban ejercicios de fuerza base. Además trabajos de coordinación y velocidad en espacios reducidos”, comentó Franco. De esa manera, los jugadores recibían las instrucciones y cada uno lo hacía cuando tuviese su tiempo.
Con la implementación de la videoconferencia hace dos semanas, los entrenadores pueden ver los movimientos de sus dirigidos y corregir ciertos aspectos de técnica en los entrenamientos. “Progresan muchísimo”, asintió el D.T., quién reveló la presencia de su hermano, el P.F. de primera, en las sesiones, para ayudar e ir conociendo a los futuros integrantes del plantel superior.
La rutina consta de dos “estímulos” semanales, como los llama Franco. Los estímulos refieren a los trabajos que se llevan a cabo. “Nos dividimos en dos días a la semana contando dos turnos en cada uno de esos días, uno a la mañana para los que no pueden a la tarde, y otro después del mediodía para los que se les complicó más temprano”, manifestó
“En cada entrenamiento los pibes dejan todo”, afirmó Coraglio (Franco). Las ganas siguen a flor de piel y el deseo de volver cuanto antes a reunirse en un rectángulo de juego aumentan conforme pasan los días.
“En esta realidad actual, en la que existe una incertidumbre sobre el final de la cuarentena, los chicos entendieron que debemos achicar lo máximo posible la brecha de lo que perdimos por el parate, desde los físico, táctico y técnico. Así, el día que retomemos la actividad podamos volver rápidamente al nivel que teníamos previo a todo esto”, subrayó y agregó: “Los pibes son unos guerreros. Da orgullo ver la actitud que tienen y el esfuerzo que realizan”.
Además del entrenamiento conjunto entre 4ta y 5ta, las categorías de 6ta y 7ma llevan adelante las mismas metodologías. La vuelta a los entrenamientos en grupo es una incógnita a la fecha, como lo son varias cuestiones actuales. Mientras tanto, de lo que no hay duda, es de la actitud que los pibes de Central le vienen metiendo a la home activity.
Larga vida al rock.