Se acomodan, Lisandro, Sol, Agustina y Dana, de izquierda a derecha. Por detrás, cual custodio, se para el padre de los cuatro, Cristian Gómez. Extiende los brazos, marca una sonrisa y lanza una única orden: “Que se vea bien el escudo”. La familia Gómez tiene una relación particular con el club Banco Nación y el futsal.
Cristian es ahora Presidente de la entidad de la zona norte y desde que pisó el club, hace 30 años, para jugar con la de medio pique no se pudo despegar. Sus hijos, por descendencia, están involucrados con Banco y la pelota desde temprana edad.
El Presidente es un histórico del futsal rosarino, ahora integra las filas de la categoría de veteranos de Banco y tres de sus hijos juegan en el club. Sol y Agustina forman parte del equipo femenino, Lisandro lleva la 9 en la 8va división y Dana es, como ella misma se define, “la hincha Nº 1”.
Para el “Presi” (como lo conocen en el club) es una “satisfacción” ver a sus hijos seguir la pasión por el deporte, los sigue todos las semanas y eso lo retrotrae a sus momentos como entrenador pero ser el padre es especial: “Tengo edad de veterano y la posibilidad de verlos jugar es un orgullo”, declaró Cristian ante el micrófono de Cuna del Futsal.
Como mandatario de Banco destacó el trabajo que realiza Sebastián Rico y toda la sub comisión de futsal: “Este 2019 arrancamos con todas las categorías, tenemos un montón de chicos y eso te da la garantía de que año tras año va a seguir avanzando”.
El 10 de veteranos sabía que su hijo iba a continuar con el legado futbolístico. Lo de sus hijas, acompañado por la lucha de las mujeres, lo enorgullece: “Soy de una generación donde las chicas jugaban hockey, vóley o básquet. Cuando apenas se generó acá sabía que iban a jugar”
ATRAVESADOS POR EL FUTSAL “Sufro muchísimo con la primera” declaró Dana justo antes del partido entre Banco y Echesortu B. Sin titubear se sumó el mayor de los Gómez y anheló: “Es un sueño el ascenso, cumplimos con todos los requisitos de la Rosarina y queremos ascender”. Como presidente del club, para Cristian es “fantástico” el crecimiento (no sólo en el futsal): “Uno tiene debilidad por el deporte y entonces siente un doble orgullo. Poder ir a los diferentes clubes, ver cómo creció el deporte, cuando jugaba había muy poca gente y hoy están los mundiales, la prensa y las redes que hacen llegar esto a mucha gente”. Retomó la palabra Dana y sostuvo: “La sorpresa, es lo que más me gusta del futsal” y velozmente le respondió Agustina: “La palabra es dinámico” y Sol sentenció: “En menos de dos minutos puede pasar todo”. La experiencia de Cristian quedó explicita a la hora de definir las sensaciones de jugar este deporte: “La adrenalina es muy importante. Tenes la posibilidad al palo 3 minutos, te reventas, salís y volves a entrar” y Sol amplió: “Descargas mucho jugando”. |
Los hijos de Cristian están. Ir a alentar al padre incentivó para que sigan sus pasos, “cuando surgió la posibilidad de jugar en el club no tuve que decirles nada, las chicas solas empezaron a entrenar”, manifestó el papá de Sol y Agustina y rápidamente agregó: “El año pasado había prácticas que eran cuatro o cinco. Después se empezaron a sumar y la buena labor de la sub comisión hizo que el proyecto se concrete”.
Allí sin dudarlo intervino Sol Gómez, de 21 años y la segunda hija en la familia Gómez, juega de ala, es fanática de Germán Herrera y por eso porta la 17 en su espalda: “Me encantaba verlo a mi papá o a mi hermano los sábados a la mañana, el deporte te atrae”. Lisandro, de 11 años y está en 8va, es el menor y hace dos años juega en las divisiones menores de Banco.
Sin embargo a la 17 nunca le llamó la atención el fútbol de campo y no fue así con la posibilidad del futsal: “Es distinto. Cuando vi el proyecto lo primero que dije fue ‘vamos a ponernos nosotras’. Encima se armó un grupo re lindo y eso es lo mejor”.
Mientras hablaba su hermana esperaba su turno Agustina, con 14 años entrena con el plantel de primera a la espera de la conformación total de la Sub 15 de Banco, allí la ubican como la “chiqui”. “Más allá del deporte lo lindo es el grupo que se formó”, lanzó la hermana menor en la familia Gómez y completó: “Somos muy unidas y vamos por el objetivo final que es mejorar cada vez más”.
En ese momento interrumpió Cristian que vio al nuevo torneo femenino con sus pros y contras. Como Presidente espera la inclusión de más equipos para poder formar dos categorías ya que “es importante la competencia” pero en ocasiones se torna despareja.
Asistiendo a su padre, Sol retomó la palabra: “Si bien la chicas venían jugando fútbol, es distinto cuando tenes que rotar o pararla con la suela. En mi caso era nueva, nunca había hecho futsal”.
El inicio para el equipo femenino que componen las Gómez fue duro y su padre lo marcó: “El año pasado entrenaban pero no jugaban, ahora le hicieron un montón de goles”. En ese preciso momento se escuchó: “Social Lux, Central, Newell’s…”, fue la voz de Dana que llevaba la cuenta con sus dedos. La mayor de los Gómez no se perdió ningún partido de sus hermanas, hasta las acompaña en la práctica durante la semana y aprende junto a Sol y Agustina.
“A mí siempre me gustó el fútbol pero me entretiene más el futsal porque es más dinámico”, sentenció la primera hija de Cristian. “Ahora me siento con ellas (sus hermanas) y me marcan las rotaciones o la defensas”, expresó Dana a CdF que con 24 años no se anima al deporte y con gran elocuencia lo explicó: “Por el bien del club preferiría que no”, e hizo reír a toda la familia que esperaron atentos su respuesta.
La “Chiqui” volvió a tomar las riendas y fue clara: “Viendo se aprende y ahora que sabemos respondemos los porqué” y sumándose a su hermana, Sol sentenció: “Entendemos mucho más y está bueno ir a ver a mi papá. Es el mejor y no porque sea mi papá”. Las risas seguía en la mesa de la secretaria donde los Gómez atendieron a CdF.
TERAPIA FAMILIAR Cristian Gómez se tomó un tiempo para marcar las bondades de sus jugadores preferidos. Primero comenzó con Agustina: “Tiene ímpetu, no le importa nada y tira caños por más que la pierda”. Luego fue el turno de Sol: “Es la más aplicada, pragmática” y en conjunto definió: “Fueron mejorando muchísimo”. Por último habló del menor de 11 años y reconoció: “Juega desde muy chico, es rebelde. Los compañeros hacen físico y él no quiere venir, le gusta jugar”. Pero también los hijos se tomaron la licencia para definir a su padre y fue Dana quién dio en la tecla: “Siempre está parado donde tiene que estar”. Sol siguió con la idea y dijo: “Cuando tiene que estar en el segundo palo, está o cuando tiene que estar en el medio, está” y con mucha ocurrencia la “Chiqui” cerró: “Nunca sabemos cómo llega, pero llega”. Las gracia en la familia son el hilo de las conversaciones sobre futsal y Cristian no se quedó atrás y remató: “Tengo que estar bien parado porque si vamos a correr pierdo”. |
Una de las Alas de Banco en el femenino se deslumbra cada vez que ve la categoría de veteranos de Banco: “Son muy buenos, tienen cancha y facilidad. También veo los partidos de primera, todo lo que pueda ir a ver, voy”.
Acompañarse en familia es lo especial de los Gómez, se acompañan mutuamente en los partidos y el futsal es un tema de conversación en las mesas familiares. “Me trajeron a mí que tengo cero deporte”, sostuvo Lorena Delbó entre risas, madre de Agustina y Lisandro que siguió muy atenta la charla.
EL MEJOR DE LOS GÓMEZ En una familia rodeada por el deporte Dana fue la encargada de definir al mejor dentro de una cancha y no dudó en destacar a Lisandro: “No sólo es goleador, sino que es muy solidario, lee muy bien el juego y si le mete actitud y ganas se va para arriba”. Agustina, en contrapunto, perfiló a Sol como una de las mejores debido a su “esfuerzo” pero no pudo ocultar su fanatismo por su padre y le reconoció la “calidad”: “Yo lo quiero imitar a él”. Ella, al igual que el jugador de veteranos, juega de pivot y usa la 10. |
A la hora de elegir un equipo, la hinchada representada en Dana explicó: “Son todos muy distinto. Veteranos es dinámico, se conocen, juegan de memoria y si quiero ir a ver un buen partido lo voy a ver a mi papá. Pero sufro mucho más de ver a las chicas, porque las veo en el entrenamiento y siempre las aliento. Ir a ver a Lisandro y los chicos es algo muy lindo también”.
Como seguidora se caracteriza por no criticar en el momento del partido, luego del partido hace sus análisis individuales y los expone. Los Gómez jugadores son un poco más enérgicos. “A Lisandro no le gusta que lo critiquen”, afirmó el pivot de Banco en veteranos y miró a su hijo esperando la respuesta que no tardó en llegar: “El único que corre en veteranos es Santoro (compañero de Cristián)”. El ida y vuelta expuso la autenticidad de la familia llena de futsal.
Asimismo, Sol se acopló a su hermano y aclaró: “A ninguno de los tres nos gusta (ser criticado) y vos escuchas una voz a lo lejos que dice ‘dale corré’”. Agustina se sumó a esto y aseveró: “Si mi papá me lo dice afuera lo entiendo, pero si estoy adentro me cuesta“. El dialogo se cortaba por las carcajadas de los presentes que cuando desaparecían, volvían a presentarse debido a las ocurrencias de la familia.
Fue allí que Cristian recordó el último partido: “Lisandro me gritaba y cuando me doy vuelta me mira y me dice ‘viste que feo que es’. Lo hace para darme bronca”.
Lisandro es la rebeldía de los Gómez, tiene de ídolo a Zlatan Ibrahimovic, lleva todas las estadísticas de la divisional y dice no perder ninguna apuesta con Sebastián Rico, coordinador del futsal de Banco quién además es su ídolo en el futsal rosarino. Además no grita lo goles: “Soy Salah… ni que el gol fuera en la final de la Copa Libertadores” aunque le prometió algo especial a una de sus hermanas ante los micrófonos de CdF: “A Sol le voy a dedicar un gol”.
Allí mismo Sol habló sobre su hermano: “A Lisandro no le gusta perder pero lo lleva en los genes” y la mirada de la jugadora de Banco se posó en su padre. Recogiendo el guante, Cristian afirmó: “No me gusta perder. Cuando perdimos después de 52 partidos se armó un lio”. Los veteranos de Banco dominan la categoría, tricampeones y con un invicto de 52 partidos que se cortó en este 2019.
Los Gómez tienen en Cristian a su estandarte en el futsal. Sus hijos continúan con la dinastía y cada uno desde su lugar sienten el respaldo de su padre, ya sea desbordando en cancha en un partido femenino, haciendo un gol los sábados o alentando desde la tribuna a Banco Nación.
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