En los últimos años no quedan dudas que el futsal de nuestra ciudad ha tenido un crecimiento exponencial, y los cimientos de dicho desarrollo, son las divisiones inferiores. Si se permite la comparación ilustrativa, las inferiores son las raíces de un gran árbol, que con el paso del tiempo crece y se desarrolla hasta llegar a dar sus frutos.
Toda institución tiene como eje central las divisiones menores, para la captación, el desarrollo y la promoción de jugadores para luego disfrutarlos en primera división. Está claro que apostar a las inferiores supone un proceso lento y trabajoso, donde la convicción de quiénes toman decisiones es fundamental para saber controlar la ansiedad que provoca la alta competencia.
En este particular, se hará foco en el Club Atlético María Madre, una institución situada en el corazón de La Lata que promueve valores para los jóvenes del barrio y apuesta fuerte al proceso de inferiores. Los albiazules incursionaron en este 2019 en el futsal de la Asociación Rosarina de Fútbol, y sus canteranos dan que hablar en todas las categorías.
Actualmente, María Madre cuenta con cuarta, quinta, sexta, séptima y novena división. Las primeras dos, denominadas como “categorías juveniles”, lideran sus respectivos campeonatos bajo la conducción de Andrés Herrera. La sexta, dirigida por José Luis Villalba, perdió tan solo un partido en lo que va del 2019 y también es puntera. Julio Mattana y Alexis Galbán, ambos jugadores de primera, asumieron en séptima y están tenido un buen desempeño siendo cuartos en la tabla general. Por último y no menos importante, la novena es puntera cómoda, pués ganó todos los partidos del año menos uno. Esta última, es comandada por un tridente compuesto por Walter Ibarra, Emiliano Mattana y Jonatan Manzo.
“Los buenos resultados son un reflejo de todo el trabajo que hay detrás. La formación deportiva es buena, contamos con el compromiso de un grupo de gente que labura de manera incansable y que tiene ganas de compartir su conocimiento con los más chiquitos“, disparó en diálogo con Cuna Del Futsal el coordinador deportivo de María Madre, José Arce Molino, o simplemente “Cavani”, como lo apodan en el club.
“Me genera satisfacción ver a casi todas las categorías punteras, es un extra que motiva a todo el club“, expresó, al tiempo que añadió: “Acá nadie es más importante que el prójimo, cada uno ocupa un lugar distinto pero no más relevante que el del compañero, todos son importantes: Padres, técnicos, operadores de la parroquia y los chicos que son la cara visible de esto“.
María Madre es una entidad donde la inclusión social, la lucha contra la marginalidad y los vicios de la calle son una constante. En ese ámbito, el futsal supo ganarse un lugar en La Lata y funciona como una herramienta para sacar a los chicos de la calle.
Los más chiquitos están teniendo un buen año debut en el futsal ARF, ganando casi todos sus partidos y liderando cómodamente la tabla de posiciones. “Se trabaja con mucho respeto, los valores humanos están por encima de todo; la conducta y estar siempre dispuesto a ayudar al compañero es infaltable“, señaló Walter Ibarra, quién está a cargo de la coordinación de séptima y novena además de componer el cuerpo técnico de ésta última.
“Lo que más destaco de este año es que aprendieron a perder, suena loco pero es así. Al principio se frustraban rápido hasta que les dijimos que no está mal, sino que perder te ayuda a mejorar”, contó Ibarra. “Somos un grupo lleno de amor, todo lo que hacemos es por los chicos y ellos lo reflejan en la cancha“, completó.
La igualdad de oportunidades es algo muy difícil de lograr, pero en María Madre existe un grupo de trabajo que batalla día y noche para que esto ocurra. Algo que suele llamar la atención en sus rivales, y es realmente un hecho inédito pero por demás de positivo, es que el club le brinda la indumentaria a los chicos que no tienen la posibilidad de contar con ella. Así es, cualquier pibe que quiera divertirse puede acercarse a la institución y allí le prestarán camiseta, short, medias y botines.
Las categorías más próximas a dar el salto a plantel superior son cuarta y quinta, ambas están bajo la órbita de Andrés Herrera. “Estamos trabajando muy bien“, dijo el DT. Consultado acerca de cuando podrá ascender a reserva y primera su camada de jugadores, el entrenador dejó en claro que con el tiempo se dará dicho proceso y que el mismo llegará como consecuencia del compromiso con el proyecto.
Quienes han tenido la posibilidad de ver en cancha a la cuarta y quinta de María Madre, seguramente pudieron observar equipos muy trabajados y que prometen dar sus frutos al primer equipo en el mediano plazo. Consultado acerca del nivel del grupo, Herrera remarcó que son chicos con riqueza técnica y que con el paso del tiempo están tomando conceptos tácticos que los ayudan a crecer. “Lo más destacable es que tienen muchas ganas de progresar“, declaró.
María Madre cumple una función social muy fuerte para todos los jóvenes de La Lata, con el fin de ofrecerles un plan alternativo de vida al que muchos chicos acceden mediante la marginalidad. El respeto, las solidaridad y la educación son valores elementales en este proyecto que, mediante el futsal, busca que los chicos pasen menos horas en las calles y más en el club.
Periodista deportivo. Productor de LT3.