El sentimiento de amor por el deporte es algo algunos pocos pueden poner en palabras. En todo club, hay una figura, un histórico, una persona que podemos reconocer como “el futsal en carne y hueso”. Regatas tiene al suyo, a Gustavo Tortá, quien actualmente es jugador de veteranos pero que recorre las instalaciones del club de la costa desde muy chiquito, tuvo la posibilidad de ser entrenador, de viajar y conocer distintas ramas de este deporte. Cuna Del Futsal dialogó en exclusiva con él, para conocer su historia.
“A principios de los años 80 con un grupo de amigos nos juntábamos en Regatas a jugar entre nosotros, hasta que apareció una grata persona, los que conocen la historia sabrán quién es, y nos dijo de armar un equipo y así, comenzó mi camino en el futsal”, inició Gustavo.
Esa clase de competencia estaba bajo la formalidad de Arofusa, donde por ejemplo no se podía hacer goles dentro del área y demás cosas que hoy ya conocen. Durante estos primeros años Gustavo y sus amigos ganaron el torneo de la C, de la B, pero cuando llegaron a la A por diversos motivos el equipo se separó y llegó la primera complicación de esta historia, Tortá se lesionó el Peroné.
En el año 1985 Gustavo viajó a Estados Unidos para operarse, luego de pasar por un parate que lo alejo de las canchas, lejos de desanimarse, comenzó su recuperación. En esos meses participo del deporte “Indoor Soccer” donde una de las curiosidades del deporte es que la pelota no puede salir de la cancha. También, jugó al futbol de campo para volver a la Argentina de la mejor manera.
“Después de haberme puesto en forma fui a jugar a Newell’s Old Boys, fue difícil porque soy hincha de Rosario Central, pero el amor por el deporte fue más fuerte”, confesó Tortá quien además agregó, “en ese momento NOB jugaba en AFA”. Luego de este paso, fue convocado a la selección y al año siguiente el corazón tiro más y volvió a Rosario Central donde jugó 9 años, tuvo la posibilidad de ganar títulos y viajar con el club de sus amores.
Fines del año 2001, principios del 2002 la situación del país no era la mejor, muchos argentinos emigraron al viejo continente. Este fue el caso de Tortá quien dejo todo y se fue a España, allá como no podía ser de otra manera mantuvo su relación con el futsal, hasta que una lesión puso en vilo su continuidad. “Me lesioné el ligamento cruzado y nunca más pude recuperar mi pierna para poder jugar”, confesó.
Todo parecía terminar en términos deportivos, pero si algo hay que resaltar es que este deporte logró conquistar cuerpo y alma de los jugadores. Así que, ese final que anticipábamos aún no llegó.
Hace 5 años se armó la categoría Veteranos en Regatas donde Gustavo es parte, “Somos todos amigos, algunos de los chicos que juegan los dirigí cuando me lesione por primera vez. Somos un grupo humano alucinante”, cerró Tortá.
Una historia de superación y de amor por la pelota de medio pique, Regatas tiene en sus canchas a un gran jugador que rompió con los limites. Alguien que trasmite futsal y es un ejemplo para los que recién arrancan.
Periodista y futura Economista.
Entrenadora de Voley.