Hace algunos días Constantino Kiki Vaporaki anunció, a través de sus redes sociales, que deja Boca en busca de un nuevo objetivo. El Meta Catania, último subcampeón de la Serie A y donde juega el argentino Tomás Baisel, será su próximo destino. “Primer golpe de absoluto nivel de cara a la próxima temporada. Un jugador listo para elevar la calidad del plantel para los próximos desafíos“, publicó en su página oficial el club italiano.
Kiki, campeón del mundo en 2016, deja Boca tras consagrarse en el último torneo oficial disputado en Argentina. Su última foto en esta etapa con el Xeneize será con la cinta de capitán y levantando el trofeo. Su próxima parada es la liga italiana, donde lo esperan varios compañeros de selección, entre ellos Leandro Cuzzolino, Pablo Taborda y Cristian Borruto, campeones hace una semana de la Serie A con el Pesaro.
En Stream ADT (A Dos Toques), el convocado por Lucuix para la preparación argentina de cara al Mundial comentó sus primeras sensaciones de este paso en su carrera: “El contexto ayudó mucho para tomar esta determinación. Me duele irme sin poder terminar este ciclo, justo esta temporada que me tocó ser el capitán, pero no podía dejar pasar la oportunidad. Ya tengo 31 años, no soy más un pibe de 20″.
Vaporaki llegó a Boca con sólo 18 años, proveniente de Los Andes de Ushuaia, equipo de su ciudad. Aunque tuvo breves andares por otros clubes, pasó la gran parte de su carrera defendiendo la azul y oro. Su experiencia y la importancia dentro del plantel lo erigieron como capitán hace un par de temporadas. “Tomar esta decisión me tomó años, sino ya me hubiera ido hace mucho. Jugar en una liga importante europea te da un ritmo de competencia que acá no sé si lo tengo, si bien en Boca juego muchos minutos y tengo un rol muy importante en el equipo, jugar en una liga así se asemeja a lo que es la selección, donde jugas menos minutos pero con mayor intensidad y donde la calidad y la estrategia aumentan. Voy a tratar de adaptarme lo más rápido posible”, comentó el lateral.
“Tengo ganas de progresar algunos años allá. Sea en Italia o en otro lugar, pero voy con la idea de estar unos años fuera del país. Más allá de lo deportivo me voy con las ganas de conocer un poco el mundo, de viajar y hacer experiencias de vida, para después volver y retirarme en el lugar donde quiero que es Boca“, aseguró Constantino, que se va del último campeón con grandes sensaciones: “No es fácil llegar a este club y mantenerse tantos años, ocupar un lugar que todos quieren, llevar tanto tiempo, pasando momentos buenos y malos, fue espectacular”.
Meta Catania, su futuro club, sorprendió a todos esta temporada por llegar a la final del torneo, donde no pudo con el poderoso Pesaro. Será la segunda vez del fueguino en tierras europeas; en el 2014 se mudó a España, donde jugó para el Jumilla y el Peñíscola.
Larga vida al rock.