El futsal de la Asociación Rosarina de Fútbol sigue creciendo de la mano con los clubes de barrio. En esta nota, nos toca darle la bienvenida al Club Atlético María Madre La Lata. La Institución del barrio La Lata, hace un tiempo que adoptó la disciplina, y en este 2019 da el salto para participar de los torneos organizados por la ARF.
Para conocer en profundidad la historia de María Madre, su origen, cómo llegó el futsal al club, las ambiciones para este año y los proyectos a futuro, Cuna Del Futsal tomó contacto con Giuliano Baruzzo, quién es actualmente el coordinador deportivo de la entidad y a la vez el entrenador de quinta, cuarta y reserva.
- ¿Cómo nació el Club María Madre?
El club surge en diciembre de 2015. Es parte de un proyecto social integral de la parroquia María Madre del bario La Lata. En su momento decidimos hacer un centro vida para acompañar la de los pibes del barrio, con todas las dificultades que tienen. Tenemos un lema que dice “abrazar la vida como viene”, y desde el primer momento se apostó por eso, por acompañar la vida de los chicos, estén en la situación que estén. Entendimos que el trabajo era integral, al principio la misión era estar, no hacer. Darles contención. Sacarlos de la calle. Fuimos creando distintos talleres culturales y educativos, y en su momento el Padre de la parroquia, Gonzalo Carbone, nos marcó que los chicos con lo que más se prendían era con “jugar a la pelota”, y ahí surgió la idea del Futsal.
- ¿Cómo se dio el futsal en María Madre?
Mi intención era formar un club. Ya estábamos consolidándonos en lo educativo, social y cultural, y no podíamos fallar en lo deportivo. Nos inclinamos por el futsal porque yo tenía un pasado en Unión Americana y me gusta el deporte. El club fue creciendo poco a poco, el barrio entero se fue movilizando. Competimos oficialmente desde 2017 y de repente todo cambió. Fue un año de aprendizaje total, competimos en tres categorías y salimos campeones en dos. Se sumaron muchos chicos, incorporamos femenino también. Una vez que empezamos a estar sólidos económicamente y contar con muchos jugadores empezamos a soñar en grande y nos dijimos: Si vamos a jugar al futsal, que sea en el mejor lugar, que sea en la Rosarina.
- ¿Cómo fue todo ese recorrido para ustedes?
Lo más difícil fue lidiar con los problemas de la calle, en todo sentido, todo lo que te puedas imaginar. Además de hacerles entender a estos chicos que ellos podían, que con esfuerzo, trabajo, dedicación y perseverancia se puede; son pibes muy golpeados por la vida, tienen un nivel de tolerancia al fracaso muy bajo y se decaen rápidamente. Nosotros siempre le dijimos que creíamos en ellos, el desafío fue que ellos crean en sí mismos. Que se animen a soñar. Fue muy gratificante cambiarles la cabeza.
- ¿Cuántas personas juegan al futsal en el club?
Entre femenino y masculino llegamos a 130 personas aproximadamente.
- ¿Van a poder completar todas las inferiores?
No porque nos faltan chicos categoría 2009 y 2010 como para formar novena y décima. Vamos a competir de octava para abajo. El objetivo es consolidarnos en 2019 y completar la tira completa en 2020.
- ¿Y en femenino?
La idea es asentarnos un poco más y dar el salto a Rosarina en 2020, junto con el resto de las categorías de inferiores.
- ¿Qué expectativas tienen para este 2019?
La verdad que muy buenas. La Asociación Rosarina de Fútbol es el mejor lugar para jugar este deporte. Ojalá tengamos un buen año y podamos consolidarnos con el paso del tiempo. Estaría bueno que se forme la C, para tener un año de adaptación y no cruzarnos con equipos tan competitivos. En caso de que no sea así, el lado positivo es que no vamos a tener que ascender dos categorías para llegar a primera, que es nuestra misión a largo plazo.
- ¿Crees que la Asociación Rosarina de Fútbol entendió el proyecto inclusivo de María Madre?
Claro que sí. Desde un principio Carlos (Benítez) y Mario (Gianmaría) nos escucharon y para nosotros eso ya fue muy importante. La Asociación tiene una mirada social y entiende que el deporte cumple un rol social. Nos recibieron con los brazos abiertos. Para nosotros es muy especial, porque venimos de un lugar muy humilde, que en el común de la gente no está bien visto, y eso no lo vamos a olvidar.
- ¿Están entusiasmados los pibes con jugar en Rosarina? ¿Cual fue su reacción?
Los pibes no lo pueden creer, veían la posibilidad como algo muy lejano. Están muy ansiosos. Entienden que vamos a jugar en un lugar muy competitivo y eso los entusiasma para entrenar. Y eso es lo que busquemos, cuantas más horas entrene un chico, son menos horas en la calle.
- ¿Cómo está el club para jugar en Rosarina?
Estamos bien. Nos agarra consolidados. A los chicos no les falta nada, tenemos pelotas, conos, todos los materiales para que jueguen. Eso es gracias a algunas empresas que nos ayudan, que se cargan el proyecto al hombro. Por ejemplo, ningún chico tiene elementos de utilería propios. Tenemos un bolsón de botines de primer nivel, que fueron donados, y el jugador tiene la posibilidad de competir en igualdad de condiciones con los demás chicos. Termina el partido, se devuelve el botín y se guarda para el próximo partido. Los cuidamos como oro.
- ¿Dónde van a hacer de local?
Estamos empezando con la construcción de una cancha. Será en las inmediaciones de la parroquia María Madre. La vamos usar para jugar este año y el que viene. En el horizonte un poco más lejano tenemos el sueño de construir una cancha en un terreno propio que quede cerca de La Lata.
- ¿Cuánto tiempo estiman que tardarán las obras?
A mediados de febrero arrancamos con las obras. La idea es que esté para el arranque del torneo, en el caso de que no lleguemos deberemos alquilar. La cancha va a ser de 34 x 18, apostamos a las medidas de primera porque favorecen más al juego.
- ¿Está todo listo para que inicie este sueño de competir en Rosarina o falta algo?
Ya está casi todo, solo falta que pase rápido el tiempo porque estamos ansiosos, JA.
Periodista deportivo. Productor de LT3.