Amigos, momentos, anécdotas, recuerdos, sentimientos y desafíos, la vida de los alumnos. Todo eso pasa en el colegio. Sagrado Corazón se animó a más y desde 2016 estiró esta relación con el comienzo del proyecto futsal.
Con esa premisa de pertenencia, compañerismo y familia la pelota comenzó a rodar, pero tuvieron que adoptar algunas características propias del deporte: como la elección de capitanes.
Ariel Malvettiti por el lado del masculino, Juliana Torres y Victoria Gastaldi en el equipo femenino A y B, respectivamente, llevan la cinta en los equipos del colegio de calle Mendoza.
Los tres dialogaron con Cuna del Futsal sobre la importancia y responsabilidades que les encomendaron con la capitanía. “Por méritos, creo que muchos de los que estamos desde que comenzamos el proyecto podrían llevarla de la mejor manera”, justificó Ariel sobre la decisión, sin embargo agregó: “Representa mucho para mí, al tener la responsabilidad de estar siempre al servicio del equipo pero también de la institución”.
“Llevar la cinta es mucho más que simplemente tenerla en el brazo, es afrontar y hacerte responsable de cosas que por ahí no pensas que te tocan”, aseguró Juliana en sus primeras palabras.
En este sentido enumeró alguna de las tareas como capitana, entre ellas articular la relación jugadoras-cuerpo técnico, y escuchar ambos lados. “Es una responsabilidad, que llevan tiempo y que son importantes para lograr el equipo que se desea”, contempló.
En octubre de 2019 comenzó a rodar la pelota para muchos equipos femeninos, entre ellos Sagrado Corazón. El equipo A fue campeón y en contrapunto, el B terminó en los puestos de abajo. Con los resultados adversos Victoria, capitana del B, entendió firmemente la responsabilidad que llevaba: “Era y es un constante tirar para adelante, motivar, insistir para que mejoremos, tanto adentro como afuera de la cancha, y mantener al equipo siempre unido”.
Continuando sacó a relucir la cinta y expuso: “Con tiempo y dedicación los resultados llegan y los momentos difíciles no tienen que empañar todo lo positivo que nos da jugar en este equipo”.
Por último, Malvesttiti señaló que su rol lo compromete a “llenar lo que está vacío, estar atento y a no fallar, ni en el día a día ni en los instantes decisivos”. Además contempló la importancia de tener una buena relación con el técnico y que sin eso “difícilmente se consiga algún resultado”.
Sagrada pertenencia
“Llevar la cinta de capitán significa muchas cosas, personalmente es inseparable del lugar donde juego, que es el Sagrado y significa el lugar a donde pertenezco”, así definió Malvestiti la oportunidad de ser el capitán de la primera división del albinegro.
Torres, por su parte, ve como algo “hermoso” llevar la cinta ya que es una de “las responsabilidades más lindas” que tiene. “Siento confianza plena de cada persona que está ahí con vos, para sentirte útil y parte”, rápidamente y sin titubear plasmó el “regalo” de ser capitana: “Estoy muy agradecida, pero no creo que sea lo mismo sin el resto del equipo que me banca, me apoya y me ayuda a que todo sea más fácil, realmente no podría sin la gente que me hace sentir así, que hace que uno quiera ir por más, que son las que realmente importan y que sin ellas nada de todo lo que se logra sería posible”.
Con otras sensaciones lo vive Gastaldi. Ella entró al club motivada por la creciente del futsal femenino y por el entusiasmo de su hermano, Luciano, jugador de la primera de Sagrado que le trasmitía las bondades de ser parte del equipo de la escuela. “La relación que tenían entre todos los que eran parte y la dedicación que le ponían día a día al proyecto, se percibía desde afuera, que era especial”.
Por eso, mientras comenzó a formar parte del equipo y la institución entendió “eso tan especial” que expresaba el hermano y sus amigos. “No lo sentí en ningún otro lado y eso hace que llevar la cinta de capitana sea un orgullo”, agregó.
Para quienes pasan por Sagrado Corazón jugar en el colegio “te da una segunda familia”, aseguró Victoria que se vio sorprendida al momento que recibió la cinta, lo cual fue un “desafío” para ella estar al frente del equipo B.
“A nosotras el Sagrado nos dio un montón de nuevos grandes amigos, nos dio esta segunda familia, también muchos momentos felices entrenando, jugando, viendo como nos superamos día a día”, cerró Gastaldi ante CdF.
El mismo orgullo invadió a Torres que lleva la capitanía del primer equipo de mujeres en el lugar que considera su casa hace 19 años: “Es indescriptible, no hay palabras para poder definir lo que me pasa por dentro, son recuerdos, emociones, personas”, explicó. Con este marco recordó cada momento antes de ingresar a una cancha y su rol que “más disfruta”: “La charla previa, no es sólo decir lo que pensas y ya, es intentar transmitir toda la adrenalina que te corre y hacer saber que vos confías ciegamente en cada persona que está ahí”.
En resumen, los protagonistas coinciden en que “llevar la cinta en Sagrado Corazón es llevar la cinta de tu segunda casa”.
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