Empezar un proyecto siempre es un proceso cargado de incertidumbre, temores y, sobre todo, muchas expectativas. Expectativas por saber si lo ideado de antemano podrá cumplirse o, al menos, acercarse a los buenos resultados, de modo que los objetivos queden resueltos y ese proyecto tenga continuidad. El Club del Gran Rosario, sin dudas, pertenece a esta categoría de “proyectos exitosos”.
Fundado en 2018 como Universitario del Gran Rosario – GrupoEkipo, la institución de Funes se animó y este año decidió participar en los torneos de futsal organizados por la Asociación Rosarina de Fútbol (ARF). Comenzó a jugar en la Primera C y, aunque no logró el ascenso a la Primera B, realizó una campaña que, tanto desde lo estadístico como desde lo deportivo, sorprendió a más de uno.
De la mano de Damián Sosa y Matías Brachetta como entrenadores, dos hombres con amplia trayectoria en el futsal, el Club del Gran Rosario (nombre que adoptó a mitad de año) logró asentar las bases de un plantel repleto de chicos que nunca habían jugado al futsal y algunos experimentados, que sí habían tenido rodaje en la ARF. El desafío era grande, y todos estuvieron a la altura.
“Armamos un equipo nuevo, muy joven, con un promedio de 20 o 21 años. La idea era consolidar una base, con chicos que habían jugado al futsal en primera o en inferiores y otros que eran nuevos en este deporte. No solo lo logramos, sino que fuimos competitivos en todas las canchas y hasta merecimos más puntos de los que conseguimos”, analizó Brachetta en diálogo con Cuna Del Futsal.
En números, la campaña del CGR fue fabulosa por ser la primera. Se ubicó en la 6ta posición, con 26 puntos. En la fase regular, jugó 15 partidos, de los cuales ganó 7, empató 5 y perdió solo 3 (dos de las derrotas fueron en las primeras fechas, cuando aún se estaban asentando). Además, marcó 63 goles y recibió 43. Asimismo, en los play-off, que no determinaban nada, ya que los ascensos estaban concretados, los de Funes le ganaron a Universitario por 4-2 y cayeron por 3-2 ante Náutico (el campeón).
“Nos costó el arranque, pero sabíamos que no iba a ser fácil. Después eso quedó demostrado, porque solamente perdimos contra Náutico, partido que pudimos haber ganado”, contó Brachetta. Es que el CGR cayó en las primeras fechas ante Social Lux y 1ero de Mayo, y luego, recién en la jornada 11, ante Nauti.
Y por si fuera poco, el CGR fue uno de los equipos que siempre presentó equipo de reserva cuando el torneo se desvirtuó por faltante de planteles y desorganización en la programación. Es decir, siempre se apostó a que todos los jugadores tengan minutos y puedan plasmar lo que entrenaron durante la semana. Otro punto para resaltar.
En el mismo barco
El plantel del CGR, desde el inicio, estuvo conformado por: Santiago Peña, Francisco García, Facundo Falcón, Andrés Ledesma, Cristian Pillacampo, Valentín Travaglino, Bruno Ibáñez, Nicolás Ortega, Tiago Astesiano, Alejo Barrio, Facundo Manfredi, Esteban Kuzmicich, Ciro Bossio, Mateo Bossio, Francisco Meinardi, Lorenzo Mauruto, Ulises Gilbert, Ivo Canal, Juan Ignacio Pazos, Nicolás Gregorutti y Dante Manzini (jugadores); Damián Sosa y Matías Brachetta (entrenadores); y Luciano Pintos (preparador físico). Aunque luego el preparador físico fue Matías Pazos.
Brachetta destacó el compromiso de los jugadores a lo largo de la temporada, teniendo en cuenta que un “alto porcentaje” tiene que viajar hasta la localidad vecina a la ciudad de Rosario, sumado a los días de competencia. “En pandemia pudimos seguir acompañando a los chicos a través de plataformas virtuales. Respondieron todos de gran manera, hasta los chicos de Reserva que pudieron jugar muy pocos partidos. Eso muestra que somos un grupo en constante crecimiento”, explicó.
Uno de los responsables de que ese barco se mantenga a flote fue Facundo Manfredi, el capitán del equipo. Con solo un año y medio de experiencia en el Club Velocidad y Resistencia (Arofusa), el jugador de 22 años se puso el elenco al hombro, también en su primer año en la ARF. Si bien de chico había jugado al futsal durante 5 años, esta etapa se presentó como un reto.
“Fue un semestre difícil, porque éramos un equipo nuevo y tuvimos que parar por la pandemia. Cuando volvimos, empezamos a darle forma a la idea que tenían Damián (Sosa) y Matías (Brachetta) para nosotros. Logramos el objetivo de comienzo de año, que era mantenernos entre los clasificados a los play-off”, manifestó Manfredi.
Para el capitán, lo más importante para encontrar los resultados luego del flojo arranque fue el tiempo de entrenar juntos. “Desde la fecha 4 no fuimos menos que nadie, fuimos competitivos contra todos”, aseveró
En cuanto a la adaptación del grupo nuevo, Manfredi reveló que fue “difícil para todos”, aunque desde el primer momento se dieron cuenta que eran un grupo que siempre “tiró para adelante”. “Lo humano fue muy importante a la hora de interpretar la idea de los técnicos, llevarla a cabo y ser el equipo que somos hoy”, aseguró el jugador que no tiene dudas que el próximo año seguirá en el CGR.
Primeros pasos
Si de adaptación hablamos, Alejo Barrio puede dar fe de lo que es jugar por primera vez al futsal y en Rosarina. El adolescente de 17 años se ganó un lugar en el equipo de primera y no tuvo problemas para ensamblarse al resto de sus compañeros. Con el correr de los partidos, se fue afianzando y hoy ya se ve como un jugador de futsal.
“Creo que fue un torneo muy lindo, al cual nos adaptamos partido a partido y nos fuimos sintiendo muy cómodos. Nos dejó muchas enseñanzas para seguir creciendo”, expresó el joven del CGR. Y agregó: “La clave para acomodarnos fue el compromiso y el apoyo del grupo. Todos tiramos para el mismo lado y fuimos fuertes en todas las canchas”.
Barrio también destacó el valor humano del CGR, en donde se sintió cómodo y fue uno más. “A mí, en lo personal, me recibieron de la mejor manera, tanto compañeros como profes. Me enseñaron prácticamente todo lo que sé de este deporte”, subrayó.
En relación a su primera experiencia en el futsal, el joven jugador dijo que es muy distinto al fútbol 11, que es de donde venía. “Me gustó mucho la dinámica del juego, la competitividad que hay y la pasión con la que se vive. Si bien al principio me costó, con la confianza que me dieron los DT me fui sintiendo mejor y con ganas se seguir aprendiendo”, sentenció.
Ampliar el proyecto
A principio de año, al haber presentado equipos de primera y reserva, el CGR se trazó otro objetivo que fue buscando en paralelo a su participación en la ARF: sumar las divisiones inferiores, Veteranos y Femenino. No obstante, son cuestiones que todavía no tuvieron luz verde por falta de espacio, algo que están a punto de solucionar.
“Para Veteranos y Femenino ya tenemos una lista de jugadores y jugadoras que se anotaron. El espacio está, solo hay que subdividirlo dentro de los horarios que tenemos nosotros. El femenino es el que está más avanzado, y ya hay un técnico posible. No queremos cargarnos de planificación ahora, pero seguro se dará”, comentó Brachetta.
Sobre las divisiones inferiores (el club realizó una convocatoria en agosto), el DT dijo que ya iniciaron la búsqueda para formar Cuarta y Quinta. “Ya se generó un nexo con el colegio que está dentro del predio del club y se sumaron muchos chicos. La idea es seguir creciendo con ese caudal de chicos que venimos manejando”, informó. A estar atentos jugadores de Funes e interesados, las puertas están abiertas.
Con sede en Hipólito Irigoyen 3602, entre Autopista Rosario-Córdoba y Avenida Fuerza Aérea, el Club del Gran Rosario demostró que llegó a la Rosarina para quedarse. ¿Todavía falta mucho? Claro, pero lo importante es que ganas e intención sobran. Aplausos para una institución que no pone excusas y va en busca de más.
Potterhead, sherlockiano y guardiolista ⚡🔎⚽