Uno de los equipos que sorprendió para bien en el futsal de Rosario fue el Club Atlético María Madre La Lata. Con participación en Arofusa en 2017 y 2018, se sumó en 2019 a los torneos de la Asociación Rosarina de Fútbol (ARF) y tuvo un gran año. Sin embargo, para dar el salto de la Primera C a la B aún se necesita rodaje y experiencia.
El cuerpo técnico de la primera división del elenco de La Lata, Martín Vitta (director técnico) y Ernesto Oroño (preparador físico), hizo un balance del período transcurrido en ARF: “Consideramos que todavía estamos en una etapa de adaptación. Somos un club con un puñado de años de historia, que recién está haciendo los primeros pasos en la ARF y aún necesita recorrido”.
El 2019 fue más que positivo para María Madre, ya que finalizó segundo en la Zona Permanencia de la Primera C y comenzó a consolidar una forma de juego y un grupo. En 2020 obtuvo un punto en el Torneo de Verano, algo que vieron como un paso adelante. “Sirvió como banco de pruebas de lo que se venía entrenando ante rivales de jerarquía y, más allá de los puntos obtenidos, estuvimos a la altura. Si bien es cierto que por momentos nos vimos superados, las diferencias fueron menos de las esperadas”, explicó Vitta.
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Durante la pandemia, el CT de María Madre no hizo tanto hincapié en la parte deportiva, sino más en los aspectos humano y grupal. “Los mayores esfuerzos estuvieron puestos en mantener los vínculos, en cuidarnos y acompañarnos, en fortalecer el proyecto social del club y en la construcción y las mejoras de infraestructura en la sede. Así como creíamos que antes del parate estábamos en un buen momento, reconocemos que en este tramo lo deportivo estuvo en un segundo plano”, manifestó el DT.
La idea de ser un equipo competitivo, no obstante, sigue latente. Por eso, es un desafío el estar interactuando constantemente entre lo social, lo formativo y lo competitivo. “Hay una clave que ya la incorporamos, que es nunca bajar los brazos. Sabemos que en este tiempo son más las derrotas que las victorias, pero toda derrota es un aprendizaje, y genera mayor compromiso de los pibes”, manifestó Vitta.
Metas
Como toda institución en crecimiento, hay objetivos a mediano y largo plazo. Y hay otros que ya se vienen cumpliendo, como el de incorporar progresivamente jóvenes al plantel superior, sean o no provenientes de inferiores. Lo fundamental es que construyan el sentido de pertenencia que tienen los que están con el club, un rasgo característico de esta institución.
Asimismo, en lo deportivo el elenco de La Lata se plantea marcar “presencia” en la liga. “Queremos ser un equipo complicado que termine de afianzar un estilo de juego intenso. Si logramos hacer una buena pretemporada, vamos a estar en el pelotón de equipos de mitad de tabla para arriba”, confió el entrenador.
Por otro lado, en lo social la intención es siempre estar “al lado de los pibes”, tanto dentro como fuera de la cancha. La idea es que vean en el club un espacio del cual apropiarse, en el que son parte. Un espacio donde se sientan cómodos, contenidos y acompañados y puedan desarrollarse íntegramente como personas.
Por último, hablando sobre lo que les falta para ascender, el CT de María Madre dijo que es fundamental aprender a manejar los momentos claves de los partidos. “Tenemos que mantener el corazón caliente y la cabeza fría, tanto en la victoria como en la derrota. Sobre todo en la derrota. Al ser un equipo joven, debemos manejar la ansiedad ante la adversidad”, explicó. Y sentenció: “Mejorando eso, más cuestiones físicas, tácticas y técnicas, todo en armonía, podemos pelear un ascenso”.
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